30 septiembre 2007

Cashback (Sean Ellis, 2006)

A veces hay cosas que se escapan totalmente a mi comprensión, y ésta es una de ellas. No entiendo cómo una película como ésta, cuyo director ganó un premio en el Festival de cine de San Sebastián del pasado 2006, con un actor protagonista, Sean Biggerstaff, más que solvente en este papel y muy superior a la media de actores que se estrenan con su primer papel principal (y conocido por su papel de Oliver Wood en la saga Harry Potter), una estética atractiva para los que les gusta la dirección artística con regusto a videoclip, y una historia aparentemente sencilla pero imaginativa, de amores y desamores en clave agridulce, pero sin caer nunca en el lagrimeo fácil de las películas de colores pastel made in Hollywood, todavía no haya sido estrenada en nuestra cartelera después de más de un año de su realización. Lo más curioso de todo es que el director, Sean Ellis, realizó un corto en 2004 cuyo hilo argumental era más o menos el mismo, con los mismos actores y el mismo título, y el corto estuvo nominado a los Óscar en el apartado de mejor corto de acción real, y ganó 6 premios entre ellos el premio al mejor corto narrativo en el Festival de cine de Tribeca. Y la película, de momento, lleva ya dos premios...
Y con todo y con eso, la película está inédita en nuestras carteleras. Que sí, que los premios no son sinónimo de calidad, pero lo que está claro es que películas mucho más mediocres pueblan nuestros cines, y cuando, de repente, aparece algo que eleva un poco la media, parece que pasa totalmente desapercibido.
Recomendable 100% y a ser posible, hay que intentar verla sin saber nada sobre ella (por eso no desvelo aquí nada del argumento), pero no porque sea película con sorpresa final, giro argumental, ni nada parecido, sino porque posiblemente uno la verá sin saber muy bien qué esperarse...y seguro que sale con buen sabor de boca.
A colocar en la estantería al lado de algún otro ejemplo del nuevo cine británico (Ken Loach, Mike Leigh, y compañia, no necesitamos más realismo social, de verdad), original, imaginativo y de buena factura como Hot Fuzz.
Curiosa escena de Cashback (Sean Ellis, 2006) con música de fondo de Bang Gang (Keren Ann es una de mis pequeñas debilidades)

Y si uno después de ver este fragmento, se queda con ganas de oír la canción completa, ahí va:
Bang Gang - Inside

17 septiembre 2007

Aquí también se escucha algún que otro 'hype'

Engancharme a una canción cada vez me resulta más difícil. Posiblemente porque el 70-80% de la música que reproduzco a diario no supera el par de escuchas antes de ser relegada al olvido más absoluto. Y sí, lo sé, es injusto para gran parte de la música, porque muchas de esas grandes canciones que van formando los recuerdos musicales de cada uno (y en este caso, los míos) no son precisamente canciones que entren a la primera, a la segunda, ni siquiera a la tercera... ¿Cuántas veces ha ocurrido eso de tener un disco acumulando polvo en una estantería, y de repente un día, uno se envalentona y decide prestarle atención a cada nota, a cada golpe de batería, a cada palabra de ese disco para el que había perdido toda esperanza, y descubre una joyita musical que unos minutos antes estaba formando parte del mobiliario simplemente por pereza, porque la primera vez que lo puso no le dijo absolutamente nada, o quién sabe el porqué?.
Pero ay, amigos, el tiempo cada vez es menos, y el abanico cada vez es más amplio, y uno se da cuenta de que pasa demasiada música por sus oídos sin dejar ningún tipo de huella. Y en esta situación en la que uno cada vez es menos receptivo/más exigente con la música actual y le pide algo diferente a esa novedad sin saber muy bien qué se entiende por 'algo diferente', me satisface encontrar una canción que supera la primera, la segunda, la tercera y las escuchas que hagan falta (tal vez dentro de un tiempo me coma mis palabras, pero de momento...).
Me gusta porque la voz me recuerda a Mick Jones (The Clash, Big Audio Dynamite), porque la construcción melódica es sencilla pero efectiva, porque el estribillo es pegadizo, tarareable y bailable a partes iguales, porque no tiene el típico puente rompe-armonías que destroza hasta la canción más 'pintona' y porque el vídeo en su estatismo y su aspecto visual bastante rácano no me disgusta en absoluto. Aunque me queda la siguiente duda 'existencial' viendo el vídeo : ¿Por qué todos los grupos ingleses (y algunos, ejem, 'moderniquis' norteamericanos también) actuales tocan con la guitarra justo debajo del sobaquillo (véase The View, Arctic Monkeys, etc..)Arrrgh es que no puedo con ello...
To My Boy - Fear Of Fragility

16 septiembre 2007

The Reels

Ska-pop colorido y saltimbanqui venido desde las antípodas para animar las tardes domingueras.
The Reels - Love will find a way (1978)

Isabelle Geneviève Marie Anne Gall

Curioso esto de las modas. Coloca Tarantino en los títulos de crédito de su última película, una canción que Serge Gainsbourg compuso para France Gall allá por el año 1964, y de repente vivimos una especie de revival de la etapa más ye-yé de la parisina. Y vale, lo reconozco, Gainsbourg compuso para France Gall algunas de sus canciones más bailables, picantonas, exitosas y todo lo que uno quiera poner detrás de 'canciones más', pero hey...hay vida más allá de Gainsbourg para France Gall (y sobre todo más allá de Laisse tomber les filles). De verdad...
Y para muestra, dos canciones compuestas por Michel Berger, compositor, arreglista y director artístico unido artística y sentimentalmente a France Gall prácticamente desde que se conocieron en 1973 hasta su fallecimiento en 1992, y que revitalizó de nuevo su carrera después de unos años un tanto dispersos, toda vez que el tándem Gainsbourg-Gall dejó de tener el atractivo para el oyente del que años atrás gozaba.
Un concepto de canción bien diferente el que tienen uno y otro compositor (uno, Gainsbourg, que como letrista está imbuido de una corriente cultural francesa rebelde [Arthur Rimbaud, Boris Vian, Paul Verlaine] que se cuestiona todo lo que pueda haber de acomodaticio a su alrededor, y como musico es capaz de tomar su sonido de cualquier fuente de inspiración, desde los standards de jazz a las percusiones africanas, el reggae franco-jamaicano, o el tecno-pop más kitsch; el otro, Berger, un concepto más clásico de compositor, academicista en sus arreglos, y polifacético a la hora de enfrentarse incluso a una ópera-rock) , pero ahí es donde supongo que reside el talento de France Gall, en saber evolucionar sin perder un ápice del carácter, la dulzura y la capacidad de adaptación a todo tipo de orquestaciones y arreglos sin sonar artificial o forzada.
France Gall - Musique

Nota: Este vídeo sin esa puesta en escena tan propia de la época no sería ni una pizca de lo que es.

France Gall - Resiste (Formule 1 TV 1984)

13 septiembre 2007

Dancing barefoot

Tan fácil como dejar que la música te envuelva y los pies se mueven solos...
Nota: En este caso las imágenes que acompañan a las canciones son lo menos importante
Sapphires - Gotta have your love

Mary Love - You turned my bitter into sweet

11 septiembre 2007

Dos maneras de ver una misma acción XXVI

Bailar en la azotea de un edificio, aunque uno no esté especialmente dotado para ello, puede tener su punto de diversión...
Toda una pléyade de actores/actrices más o menos conocidos (Renee Zellwegger, Robin Tunney con el pelo rapado, Rory Cochrane, Liv Tyler, Debi Mazar, Ethan Embry, Anthony LaPaglia) bailando una de mis canciones favoritas de The The 'This is the day' en la película Empire Records (Allan Moyle, 1995)

John Cusack y Tim Robbins (bastante jovencitos, todo sea dicho, porque veinte años son veinte años) bailando la canción 'I can't stand it' de Sam Moore en la película Tapeheads (Bill Fishman, 1988)

El cine según Truffaut

Qué mejor forma de volver, y por tanto, retomar esta 'sana' costumbre de mostrar trozos de uno mismo en forma de retazos audiovisuales que aunar dos de mis grandes pasiones, el cine francés y la música.
Una película que, sin ser redonda (a pesar de recibir el Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 1974), se entiende como un apéndice de la propia vida de François Truffaut (aunque tal vez eso es perfectamente extrapolable a la mayor parte de su filmografía) y por tanto, como el ejemplo claro del metalenguaje cinematográfico al que en cierto modo aspiraba. El cine dentro del cine donde la barrera que separa a ambos en algunos momentos puede ser inexistente, como ocurría con el cine de Truffaut. ¿Qué diferenciaba la vida de Antoine Doinel (el personaje de Jean Pierre Leaud en Los 400 golpes, Antoine y Colette, Besos robados, Domicilio conyugal y El amor en fuga) de la del propio Truffaut?. Y ¿en qué se parecen los vericuetos por los que pasa el director Ferrand (el papel de Truffaut en La noche americana) a los que pasó Truffaut a lo largo de su carrera, teniendo que pelear con unos y otros, escribiendo y reescribiendo diálogos para adaptarlos a cada nueva situación?
Y una pieza musical compuesta por Georges Delerue, cuyo primer minuto es absolutamente magistral, con un inicio de violines perfecto al que se van incorporando violas y cellos, manteniendo el equilibrio ideal entre graves y agudos, y que establecen un pulso con unos vientos que van in crescendo y despuntando en pequeños momentos fugaces hasta que, a partir del minuto 1:10, las cuerdas pasan a un segundo plano y ya son los vientos los que toman el control y cambian el tono de la pieza, transformando unas melodías alocadas y en tensión, que se mueven en arpegios constantes, en una melodía sencilla pero ya libre de la tensión anterior, con cuerpo, señorial y majestuosa (tal vez la parte que menos me gusta porque se podría considerar como la parte adulta de la pieza).
Eso sí, como decía Georges Delerue a sus músicos en los títulos de crédito de la película: "Nada de sentimentalismos fuera de lugar". Algo 100% aplicable tanto al trabajo de Delerue como al trabajo de Truffaut.
La nuit americaine (François Truffaut, 1973)